La Unión Europea obliga, desde el 6 de julio de este año, a que los fabricantes de automoción instalen en los coches y furgonetas que se homologuen desde esa fecha unos dispositivos electrónicos de ayuda a la conducción. Son lo que se conocen como Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor, ADAS, por sus iniciales en inglés (Advanced Driver Assistance Systems).
Esta nueva normativa forma parte de un plan, impulsado por la Unión Europea (UE), para acabar con los fallecidos y lesionados graves por accidente de tráfico en 2050. Para lograrlo, la UE está estableciendo reglamentos comunes en los estados miembros con el fin de ir reduciendo la siniestralidad vial, y la imposición de los ADAS es una de estas nuevas medidas.
¿Qué son los ADAS en los vehículos?
Los ADAS son un conjunto de sistemas que ayudan a los conductores en la carretera. A través de distintos sensores o dispositivos de captación de señales como ultrasonidos, cámaras o radares, estos dispositivos recogen información del entorno del vehículo y la procesan para avisar a los conductores de riesgos o, incluso, para actuar automáticamente con el fin de proteger a los ocupantes de un vehículo si el peligro es muy elevado.
Nuevos ADAS obligatorios en 2022
Hasta julio, por ejemplo, todos los turismos comercializados en Europa debían incluir doble airbag frontal, frenos ABS, sensor de presión de ruedas y control de estabilidad como elementos de seguridad más destacados. Desde el 6 de julio, a estos sistemas de ayuda a la conducción se añaden otros nuevos que deberán incorporar los vehículos homologados a partir de esa fecha y que deberán estar en el equipamiento de todos los vehículos nuevos vendidos en 2024.
Es decir, a partir de julio de 2024 absolutamente todos los coches nuevos tendrán que tener instaladas estas tecnologías para poder seguir a la venta.
En 2024 todos los coches nuevos tendrán que tener instaladas estas tecnologías para poder seguir a la venta.
¿Cómo funciona el sistema ADAS?
Existen varios tipos de Sistemas Avanzados para la Conducción, pero en este artículo te explicamos cómo funcionan las nuevas tecnologías ADAS obligatorias para los coches que ahora pasen por el proceso de homologación.
1. Caja negra en los coches
Este sistema es, probablemente, uno de los que más llama la atención. Es similar a las cajas negras que ya llevan los aviones, pero no graba conversaciones, sonidos e imágenes como sí ocurre en las aeronaves.
Así, la caja negra de los coches lo que realmente hace es recopilar datos sobre el vehículo y sus ocupantes, de tal forma que en caso de accidente los investigadores puedan acceder a la información referente a los 30 segundos previos y a los 5 posteriores al impacto.
Entre los datos que se recogen se encuentran, por ejemplo, la posición del coche en ese momento, la velocidad a la que iba, el uso que se estaba dando a los sistemas de retención, el accionamiento que se hizo de los pedales, la fuerza del impacto, los posibles movimientos de la dirección…
Técnicamente, su nombre es EDR (Event Data Recorder o, lo que es lo mismo, grabador de datos del suceso) y su tamaño es similar al de un teléfono móvil.
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2. Sistema ISA
El Asistente de Velocidad Inteligente (ISA) adapta, de manera autónoma, la velocidad máxima del vehículo a las limitaciones establecidas por las señales de tráfico. Es decir, avisa al conductor, y si es necesario limita de forma automática la velocidad del vehículo.
A diferencia del Control de Crucero Adaptativo (ACC) que ya tienen muchos vehículos y que permite programar la velocidad a la que se quiere que circule el vehículo, el ISA lo que hace es conectar el ACC con un sistema de lectura o de reconocimiento de señales de tráfico para ajustar la velocidad del vehículo a la de la vía o el tramo por el que está circulando.
3. Cámara trasera con detección de tráfico cruzado
Con este sistema, cuando el conductor engrana la marcha atrás se enciende de forma automática una cámara situada en la parte posterior del vehículo que envía sus imágenes a una pantalla interior. A través de ella el conductor puede ver los puntos ciegos que quedan cuando se mira a través de los retrovisores.
Además, si el conductor insistiera en seguir marcha atrás, pese a la presencia de algún obstáculo, el sistema podría incluso frenar o detener el vehículo por sí mismo.
4. Alerta de cambio involuntario de carril
El sistema de alerta de cambio involuntario de carril sirve para avisar al conductor de que está perdiendo la trayectoria del vehículo y se está saliendo del carril sin haber accionado previamente un intermitente que indique voluntariedad en la maniobra. Alerta de ello al conductor a través de señales luminosas, acústicas o hápticas (vibraciones).
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5. Sistema de detección de fatiga y somnolencia
Este dispositivo avisa al conductor si detecta señales de somnolencia o fatiga en él.
Puede funcionar a través de distintas tecnologías. Por ejemplo, mediante cámaras de reconocimiento facial que monitorizan la cadencia del parpado o la dirección de la mirada, o a través de sensores en el volante que permiten analizar la presión sobre él, las excesivas correcciones en la dirección o incluso su brusquedad, es decir, formas de conducir que pueden ser compatibles con pérdidas de atención o somnolencia.
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6. Sistema de frenada de emergencia BAS y EBA
El asistente BAS (Brake Assit System, en inglés) o EBA (Electronic Brake Assist) asegura que la frenada se realice con la intensidad necesaria. Este dispositivo mide la intensidad con la que el conductor pisa el pedal del freno, así como la velocidad con la que libera el acelerador, para así detectar si se está ante una situación de inminente peligro.
7. Alcoholímetro antiarranque obligatorio
De momento, la UE solo obliga a la preinstalación de este sistema denominado alcolock, que analiza la tasa de alcohol del conductor al soplar por una boquilla, de tal forma que, si supera la establecida, no deja que el motor arranque. Su instalación completa queda, actualmente, bajo la decisión de cada país. En el caso de España, las autoridades sí que obligan a que los vehículos de transporte de pasajeros de más de ocho plazas y los vehículos de mercancías de más de 3,5 toneladas que se homologuen tengan esta preinstalación normalizada.
8. Alerta de cinturón en las plazas traseras
A partir de ahora todos los vehículos homologados en la UE deben tener incorporadas alertas recordatorias del uso del cinturón de seguridad en los asientos traseros de los coches, y no solo en los delanteros.
Además, este nuevo sistema avisa al conductor si algún cinturón sigue abrochado antes de que este salga del coche, lo que es muy útil para evitar posibles olvidos de pasajeros infantiles en los asientos traseros.
¿Los sistemas ADAS pueden ser desconectados en algún momento?
La finalidad de los sistemas ADAS es aumentar la seguridad vial y reducir la siniestralidad en carretera, ya que sus funcionalidades ayudan a la conducción. Sin embargo, existen algunos supuestos en los que algunos de estos sistemas ADAS pueden ser desconectados:
- El Asistente Inteligente de Velocidad (ISA) es uno de los ADAS que podrá desconectarse a voluntad del conductor o, incluso, aún llevándolo activado, permitirá que se supere la velocidad indicada en ese tramo de carretera pisando el acelerador.
- El proyecto aprobado por la Unión Europea permite también que el conductor pueda desactivar el Sistema de Frenada Automática de Emergencia, aunque solo podrá hacerlo con el vehículo detenido y el freno de estacionamiento activado.
- En el caso del Sistema de Alerta de Cambio Involuntario de carril también está establecido que en el caso de deficiencias en las carreteras (en las que este sistema puede no funcionar bien), el conductor pueda desactivarlo manualmente, y solo de forma temporal.
¿Se encarecerán los coches por los ADAS?
De momento, la instalación de los ADAS solo es obligatoria en los nuevos vehículos que soliciten ser homologados para poder ser comercializados. Pero, a partir de 2024 absolutamente todos los coches nuevos que se vendan, independientemente de cuándo hayan sido homologados, deberán tener incorporadas estas tecnologías para poder seguir a la venta.
Debido a esta obligatoriedad, los automóviles pasarán a tener unos dispositivos electrónicos que hasta ahora no tenían, por lo que el coste de estos seguramente sea repercutido en el precio final que deban pagar los consumidores, algo que se notará más en los modelos pequeños y de baja gama.
A esto se añade el hecho de que quizás algunos modelos no puedan seguir comercializándose al no poder incorporar estos nuevos ADAS en su diseño. Esto ocurrirá, por ejemplo, con el Toyota GR86, que llegó al mercado el pasado mes de mayo y ya entonces anunció que su vida comercial sería de tan solo dos años, ante la imposibilidad de adaptar el coche a las nuevas normas ADAS.
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